En el lejano reino de Evia, Alanis y Lefertahri viven bajo una implacable maldición dictada por el Oráculo de Ghunza. Durante el día, Alanis se transforma en un feroz dragón, mientras que Lefertahri adopta la figura de una Banshee por la noche. Sólo durante los eclipses pueden estos seres antagónicos compartir una forma humana. Inspirada en la película “El hechizo de Aquila”, laescritora Laís Napoli nos lleva a un viaje mágico y envolvente en esta novela sáfica, “Entre punteros y eclipses”, ahondando en un amor improbable que florece en el raro espacio-tiempo en el que coexisten.
¿Cómo desarrolló el mundo mágico de Évia y cuáles fueron sus principales fuentes de inspiración para crearlo?
Fue un proceso muy divertido. Construir el mundo de “Entre punteros y eclipses” fue una experiencia fascinante, ya que me permitió reunir varias referencias que me encantaban en un mismo escenario, creando un país realmente insólito. Algunas influencias clave fueron la película “El conjuro de Aquila”, que inspiró la idea de las maldiciones, en las que los condenados por el Oráculo de Ghunza deben convertirse en monstruos durante el día o la noche; “Arcano”, sobre todo en la parte del universo con fuertes elementos steampunk; y el peculiar fenómeno de la epidemia de baile de 1518, que dio origen al Baile de los Atormentados. También hay muchas referencias a la cultura celta y egipcia.
La dualidad de los personajes principales es un punto crucial en la trama. Cómo ha equilibrado las características de Alanis y Lefertahri a lo largo de la historia?
Me gusta jugar con la dualidad cuando tengo dos protagonistas en un libro. En el caso de Alanis y Lefertahri, intenté identificar puntos de equilibrio y sinergia entre ellos. En otras palabras, para que funcionaran como pareja, necesitaban compartir tanto características que les atrajeran el uno al otro, como la inteligencia y un fuerte sentido de la justicia, como características que complementaran las debilidades del otro.
Alanis desempeña el papel de pilar para que Lefertahri supere su pasividad y timidez, animándola a ser más espontánea. Al mismo tiempo, Lefertahri aporta el afecto y la ingenuidad que Alanis perdió en la infancia, dándole una sensación de paz que la conmueve profundamente, evolucionando hacia una forma de amor.
Esta dinámica entre los personajes no sólo enriquece su relación, sino que también contribuye a su desarrollo individual. ¡Me encanta la dinámica entre ellos!
El libro es un viaje lleno de retos y aventuras. Puede hablarnos del proceso de creación de estos momentos definitorios de la narración?
Me gustan las fantasías llenas de acción, incluso cuando se inclinan hacia el lado romántico. Cuando esbocé la trama, me preocupé de trazar los puntos de aventura que sustentarían su viaje. Así surgió el episodio en el que Alanis y Lefertahri se enfrentan a una serpiente gigante (con Alanis transformada en dragón y encadenada, para su odio lol), el secuestro de Lefertahri por el gobierno y la erupción de un volcán.
¿Cómo enfocó la transformación de la rivalidad entre los protagonistas en un inesperado sentimiento de amor, teniendo en cuenta sus maldiciones?
Fue un viaje intenso, porque ambos estaban muy heridos por sus pasados. Antes de convertirse en pareja, Alanis y Lefertahri tuvieron que recorrer el camino de hacerse amigos y, sobre todo, recuperar la autoestima que perdieron tras los sucesos que les llevaron a ser condenados por el Oráculo de Ghunza. En el fondo, ninguno de los dos buscaba rivalidad, pero el odio y la soledad fueron sus únicos compañeros durante tanto tiempo que tardaron en darse cuenta de que era seguro tener sentimientos positivos el uno por el otro.
Elegir contar la historia intercalando a los protagonistas es una elección interesante. Puede explicarnos las razones de este enfoque narrativo?
Tenía dos protagonistas con el mismo peso en la narración. Las acciones de uno repercutían directamente en las del otro, y el pasado de cada uno tenía el mismo grado de relevancia. Así que intercalar la narración permitió dar a ambos el protagonismo que merecían, sin dejar de explorar las perspectivas individuales de los personajes sobre los acontecimientos de la historia.
Ha mencionado su inspiración en la película “El conjuro de Aquila”. Cómo se manifiesta esta influencia en la trama y los personajes de “Entre punteros y eclipses”?
“El conjuro de L’Aquila” fue el pilar para la concepción de “Entre punteros y eclipses”. Es una película que me gusta mucho y que conlleva un toque de nostalgia, ya que solía verla con mis padres. Un día, mientras recordaba el argumento y la fascinante idea de una pareja a la que una maldición impide verse y les convierte en un lobo y un águila a distintas horas del día, apareció en mi mente una epifanía. Fue entonces cuando pensé: “¿Y si, en lugar de eso, fueran dos mujeres jóvenes obligadas a transformarse en criaturas mágicas traicioneras, como un dragón enfurecido?”. A partir de esta chispa creativa, empecé a estructurar toda la narración.
¿Cómo ve el desarrollo de los personajes a medida que se enfrentan a sus propios fantasmas del pasado?
Es como mirarse al espejo. Dudo que haya alguien en el mundo que no haya sentido en algún momento miedo o angustia al darse cuenta de sus imperfecciones, o al tener que enfrentarse a errores del pasado que desearía poder corregir. Afrontar estas realidades puede ser doloroso, pero es un paso crucial en nuestro proceso de maduración y curación interna. En el fondo, Alanis y Lefertahri son dos jóvenes que alcanzan la mayoría de edad en un mundo indiferente a sus trayectorias y problemas individuales. Y en el camino, descubren que no tienen por qué enfrentarse solas a estos retos.
La aceptación de tus verdaderas características es un tema importante en el libro. ¿Cómo se refleja esto en la evolución de los personajes?
Es el punto clave para que abandonen el papel de víctimas y tomen las riendas de su propia vida. Lo que les ocurrió fue cruel, terrible, pero merecen vivir y buscar la felicidad. La autocompasión surge como una verdadera liberación, que les permite desprenderse de las expectativas de los demás y reinventarse en busca de su propio camino. Si nos fijamos bien, el acto culminante se produce en ese momento, en su interior, y no cuando superan los obstáculos externos del volcán en erupción, la Bola de los Atormentados o el gobierno que los persigue.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los lectores a través de los viajes de Alanis y Lefertahri?
Creo que esas frases lo resumen bien: “Todo el mundo tiene un lado ruidoso y confuso en su interior. No se trata de deshacerse de los malos sentimientos, sino de hacerles sitio” (Rojo: Crecer es una bestia). “No podemos cambiar lo que nos depara el destino, pero no tenemos por qué afrontarlo solos”. (Arcano)
Aparte de “Entre punteros y eclipses”, ¿tiene algún otro proyecto literario futuro que le gustaría compartir con nosotros?
Sí, ¡varios (lol)! De momento, estoy centrado en completar el segundo volumen de mi saga de fantasía épica titulada “The Secular Chronicles”. Esta serie se publica de forma independiente en Amazon. Además de los próximos volúmenes previstos para la saga (que serán cuatro o cinco), tengo otros proyectos en mente, entre ellos una fantasía dirigida a un público joven adulto, ambientada en una escuela de magia de Brasil, y un romance con ángeles y demonios, dirigido a un público new adult.
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