El joven estudiante de medicina Marcelo Reginato tuvo su primer contacto con las drogas durante bromas académicas en la década de 2000. Lo que comenzó como una desgana inicial pronto se convirtió en una adicción abrumadora. En su libro titulado “Cambios para gente inteligente pero sin sabiduría”, escrito bajo el seudónimo de Ricciluca Cattaneo, el autor relata audazmente su viaje desde la adicción a las drogas y la lucha por volver a encarrilar su vida.

A pesar de obtener un título de médico y trabajos bien pagados, la adicción consumía cada vez más su existencia. Poco a poco, Reginato lo perdió todo, incluso robó tarjetas de su propia madre para apoyar su adicción. Entre episodios psicóticos y alucinaciones, tocó fondo, hasta que un momento de lucidez le hizo darse cuenta de que había perdido la dignidad.

Decidido a cambiar su trayectoria, Marcelo Reginato buscó ayuda y comenzó una ardua batalla contra la adicción. Con 15 admisiones a clínicas, consultas psiquiátricas, terapias y grupos de apoyo, finalmente encontró el camino a la recuperación. Hoy, libre de drogas, Reginato vuelve a las actividades en las UCI y es reconocido por el Consejo Regional de Medicina de São Paulo, que lo condecoró tras demostrar su salud mental y aptitud para ejercer nuevamente la profesión.

En su libro, el autor comparte lecciones importantes sobre la relevancia de la psiquiatría, la psicoterapia, la filosofía, el apoyo familiar y la espiritualidad. Su historia es un verdadero soplo de esperanza para los drogadictos y sus familias, destacando la importancia de buscar la sabiduría y el autocontrol en medio de la adversidad.

¿Cuál fue la inspiración detrás del libro “Cambios para las personas que son inteligentes pero carecen de sabiduría”?

Mi principal inspiración fue el exfutbolista Casagrande, quien reconoció públicamente su problema con la adicción a las drogas. Vi una entrevista con él en el programa Faustão y me imaginé cómo sería una experiencia de redención y liberación, porque cuando superamos un obstáculo muy grande en la vida, queremos compartir un mensaje de fuerza, fe y esperanza para aquellos que todavía sufren de esta enfermedad. Y, debo reforzar que es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), no es debilidad, ni desviación de carácter.

¿Cómo fue el proceso de escribir sobre tu propia experiencia como drogadicto?

La idea surgió durante mi última hospitalización, que fue la más larga (12 meses). Necesitaba madurarlo y hacerlo como una tesis para la conclusión de mi curso al final de la universidad, investigando el tema, organizándolo en capítulos, y la parte más difícil (que nunca había pasado) fue realmente estar seguro y firme. en el propósito de la recuperación. Si publicaba el libro y recaía, perdería todo el crédito por lograr este trabajo.

¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentó durante su proceso de recuperación?

Las sucesivas hospitalizaciones -que fueron 15 en total- me hicieron experimentar lo que el profesor Mario Sergio Cortella llama la ‘complacencia de la costumbre’. Es ese aislamiento de la sociedad y el dolor de la separación de los seres queridos, que se han convertido en costumbre. El dependiente químico tiene una elastancia muy grande en relación con el sufrimiento y el fondo se hace cada vez más profundo. Nos volvemos espiritualmente vacíos y sentimentalmente anestesiados.

Dentro de una clínica se vive acoso moral y en algunos recibimos contención a través del castigo físico, esto se vuelve normal dentro de ese contexto, propio de pacientes psiquiátricos que interactúan poco socialmente. Las recaídas tras un proceso de recuperación afectan mucho a la familia, que confía en un proceso que no depende únicamente de la institución, sino del deseo real del adicto de dejar el consumo de sustancias tóxicas.

Marcelo Reginato

El libro analiza la importancia de la psiquiatría, la psicoterapia, la filosofía y el apoyo familiar en la recuperación. ¿Cómo contribuyeron estos elementos a su proceso de cambio?

La deconstrucción del ego, la pérdida de la autoestima, el amor propio, el resentimiento del pasado, la ira en el presente y el miedo al futuro son las principales características del psiquismo de la persona químicamente dependiente. Me acerco al cambio principalmente a través de la psiquiatría, en la que el psicoanalista Flávio Gikovate desarrolló terapias cognitivo-conductuales, más enfocadas en soluciones prácticas y de corto plazo, cambiando el patrón de pensamiento y comportamientos disfuncionales, adquiriendo “una mayor conciencia” de su problema. Dentro de la psicoterapia menciono la terapia de reacción emocional, desarrollada por Albert Ellis, cuyo objetivo es identificar y desafiar las creencias disfuncionales del individuo, buscando mantener un estado de equilibrio emocional. Esta nueva línea de razonamiento asume que los individuos tienen tendencias tanto innatas como adquiridas a comportarse y pensar irracionalmente. Mi familia fue el núcleo de apoyo para superar este obstáculo, brindando todos los recursos y apoyo incondicional. Nunca se dieron por vencidos conmigo.

Además de la dependencia química, ¿qué otros temas aborda el libro y qué mensaje espera transmitir a los lectores?

Mi libro aborda diversos temas como la inteligencia emocional, la programación neurolingüística, la relación madre e hijo, el médico y la religión, la felicidad, entre otros.

El mensaje que quiero transmitir es de fortaleza, fe y esperanza. Demostrar que a través de mis pasos, otras personas pueden ver una luz al final del túnel para poder hacer su propio viaje de héroe.

¿Cómo fue el proceso de retomar tu carrera como médico después de la recuperación? ¿Cuáles fueron las dificultades y los logros en este proceso?

Primero, antes de poder volver a ejercer, tuve que pasar por una junta de psiquiatras de Cremesp para hacer pruebas de salud mental y pruebas toxicológicas, luego, mi familia no quería que trabajara con mucha carga de trabajo para no tener estrés mental que justificaría la reanudación del uso, además de que, por vivir en un pueblo pequeño, del interior, mis hábitos fuera del trabajo repercutían, cerrando las puertas de los hospitales para trabajar como médico de guardia, ya que este proceso de readmisiones tomó 10 años.

La salida era ir a la capital (São Paulo), arremangarse y empezar desde abajo, en la periferia y con la cara limpia. ¡Mi vida profesional despegó de una manera inesperada! Hoy cumplí mi sueño de trabajar como coordinador médico y jornalero en una UCI en un hospital privado aquí en la capital.

¿Cómo ha influido su experiencia personal en su práctica médica y su enfoque hacia los pacientes?

Desarrollé lo que los gerentes de atención médica valoran más hoy. Suelen utilizar el término “soft skills” en inglés, que incluyen: empatía, creatividad, proactividad, capacidad analítica y resolución de problemas. Todo esto viene de ser más humanos y tener compasión por los demás.

¿Qué papel ha jugado la religión en su recuperación y cómo se manifiesta en su vida hoy?

La recuperación abarca la salud física, mental y espiritual y el comienzo es a través de la espiritual. Cuando todo está perdido en la vida, vas en busca de la palabra de Dios y ahí te vuelves a estructurar. Hay dos posibilidades en esta vida: o eres territorio sagrado, o eres páramo. En territorio sagrado viven los valores cristianos (amor, fe, bondad, respeto, honestidad, alegría, humildad, gratitud), en este territorio no caben sustancias tóxicas, amistades tóxicas, defectos de carácter. Mi educación católica fue fundamental para reforzar estos valores.

¿Cuáles son tus esperanzas para aquellos que están pasando por situaciones similares a la tuya? ¿Qué mensaje te gustaría transmitirles?

Nunca renuncies a tus objetivos aunque parezcan imposibles. El próximo intento puede ser el ganador, se resiliente, de nada sirve buscar un nuevo camino si no cambias tu forma de caminar.

Además del libro, ¿cuáles son tus planes y proyectos de futuro relacionados con la sensibilización y ayuda a los drogodependientes?

El duodécimo paso de Narcóticos Anónimos dice que si has tenido un despertar espiritual, debes llevar el mensaje a aquellos adictos que todavía sufren. El libro ganó más alcance a través de la recomendación del psiquiatra Ronaldo Laranjeira (referencia en dependencia química en Brasil y en el mundo) en su página de Facebook. He participado en entrevistas para hablar de la obra y esto me ha hecho profundizar aún más en el tema para llevar mensajes de esperanza a otras personas, principalmente a través de las redes sociales, que hoy en día son el pilar para llegar al público.

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