Por Claudia Cataldi

En un momento en que los océanos se convierten en protagonistas de los debates sobre el futuro climático global, Brasil da un paso decisivo con la realización del III Taller Nacional de Planificación Espacial Marina (PEM), concluido el pasado viernes (25/04), en Brasilia. Más que un evento técnico, el encuentro fue un llamado a la acción, reuniendo a especialistas, ministerios, universidades, consorcios regionales y, sobre todo, a la Marina de Brasil, que desempeña un papel estratégico en la gobernanza de nuestro vasto territorio marítimo.

«Un océano saludable es condición para nuestra propia salud», resumió Ana Paula Prates, directora del Departamento de Océano y Gestión Costera del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático (MMA), sintetizando el espíritu del encuentro. Sus palabras reflejan el creciente reconocimiento del océano como uno de los principales reguladores climáticos del planeta y la necesidad urgente de situarlo nuevamente en el centro de las políticas públicas y ambientales.

El PEM, una iniciativa inspirada en las directrices de la UNESCO, no pretende regular ni autorizar actividades en el mar, sino coordinarlas con inteligencia, visión estratégica y justicia socioambiental. Su objetivo es sencillo pero ambicioso: armonizar la pesca, el turismo, la cultura tradicional, el transporte, la energía y la conservación, fomentando una economía azul vibrante y sostenible.

Amazonia Azul

Con más de 10.000 km de costa y una “Amazonía Azul” que supera la mitad del territorio continental, Brasil no solo depende del mar, Brasil es el mar. Y proteger este patrimonio exige una planificación meticulosa y una cooperación interinstitucional eficaz. En este contexto, la actuación de la Marina de Brasil, a través de la Comisión Interministerial para los Recursos del Mar (CIRM) y su comité ejecutivo (SECIRM), ha sido determinante.

«La ordenación del espacio marino es una cuestión de soberanía. Estamos hablando de casi seis millones de kilómetros cuadrados de aguas bajo responsabilidad brasileña», destacó el capitán de navío Rodrigo de Campos Carvalho, coordinador de la CIRM. Según él, el fortalecimiento de la gobernanza marítima y una supervisión eficaz son elementos fundamentales para la preservación y el uso racional de este vasto territorio.

El taller también contó con la participación activa de equipos técnicos regionales, representantes de varios ministerios, universidades y consorcios ganadores de las convocatorias del PEM en las regiones Sur y Nordeste. Con financiación del BNDES y del Funbio, los estudios ya iniciados avanzan ahora hacia las regiones Sudeste y Norte.

Brasil adelante

La coordinadora del Laboratorio de Gestión Costera Integrada de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), Marinez Scherer, aportó una dimensión global al debate: “En 2017, solo el 10% de las áreas marítimas del mundo contaban con planes de gestión. Hoy esa cifra ha aumentado al 33%, y Brasil desempeña un papel de liderazgo en este avance, con 126 países siguiendo el mismo camino.”

El contexto es urgente. Entre 2023 y 2024, el mundo fue testigo del mayor blanqueamiento de corales jamás registrado: el 84% de los arrecifes en 82 países resultaron afectados. Este fenómeno, comparable a un incendio en el mar, enciende la alerta roja. Y en junio, Brasil volverá a ser protagonista en la III Conferencia Mundial sobre los Océanos (UNOC), que se celebrará en Niza, Francia, donde presentará el ambicioso Plan de Acción de Niza para el Océano.

En este escenario, Brasil navega en aguas desafiantes, pero con rumbo firme. A bordo, lleva a la Marina como timonel de la soberanía marítima y de la responsabilidad compartida. El PEM es, en definitiva, más que una planificación: es un pacto nacional por el océano y, con él, por nuestro futuro común.

El liderazgo marítimo de Brasil
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