El camino profesional rara vez sigue un guión predecible, y esa es la realidad que la publicista Lua enfrenta en Bastidores, la obra debut de Analice Malheiros . El libro retrata las inseguridades, desafíos y frustraciones del mundo corporativo desde la perspectiva de una joven directora creativa que, a pesar de los logros en su currículum, se siente fuera de lugar en su profesión. Con temas como el síndrome del impostor, la presión en el lugar de trabajo y la necesidad de reinventarse, la narrativa invita al lector a reflexionar sobre los verdaderos significados del éxito y la felicidad en una carrera.
El recorrido profesional rara vez es lineal, y en Behind the Scenes muestras con precisión los altibajos de esta trayectoria. ¿Cómo ves la importancia de abrazar la incertidumbre y empezar de nuevo cuando sea necesario?
Esta pregunta es muy interesante, porque la vida se nos presenta de forma lineal. Crecemos, vamos a la escuela, luego a la universidad y nos convertimos en profesionales. Punto. Pero el viaje es muy diferente. Tenemos altibajos. Por eso, debemos entender que lo más importante es darnos la oportunidad de empezar de nuevo si es necesario. Nos culpamos mucho por las cosas que pasan, muchas veces nos vemos como fracasados por tener que cambiar de rumbo. Pero cambiar de rumbo no es malo. Es algo que puede traernos mucha más alegría. Entonces, lo bueno del libro es identificar que puede haber alguien que haya pasado por esto como tú, identificar que hay más personas cambiando el rumbo, y que esto no es un fracaso, esto no es algo malo. Necesitamos replantear muchas cosas. La propuesta de “Behind the Scenes” es ésta: puedes reencuadrar, puedes cambiar tu ruta, ajustar tus velas y navegar por mares que muchas veces ni siquiera imaginaste. Esa es la belleza de la vida, porque cuando entiendes que no hay un guión listo, que puedes cambiar la trayectoria, nos da una sensación de libertad.
Lua, la protagonista, lidia con la presión de demostrar su valía en un entorno competitivo y con el síndrome del impostor. ¿Alguna vez te has enfrentado a estos sentimientos en tu propia carrera? ¿Cómo superaste estos momentos de duda?
Definitivamente he tenido esos sentimientos. No es cuestión de superación, es cuestión de conocerse a uno mismo. En el momento en que te conoces a ti mismo y cuál es tu propósito, hasta dónde puedes llegar, lo identificas de una manera diferente. Los desafíos no dejan de existir. Es esa historia: te enfrentas a un león todos los días. Así que el león de hoy es éste: ¿Qué puedo hacer mejor para afrontar estos desafíos? En el momento en que identificas esto, empiezas a verlo de manera diferente. Dejas de culparte, por ejemplo, por no ser capaz de lograr algo. Aquí es donde entra el problema del síndrome del impostor, cuando te exiges demasiado a ti mismo y crees que no eres capaz.
Si hoy tengo un desafío, ¿cuál es la mejor manera de afrontarlo? Y eso es todo. No existe tal cosa como la superación, como dejar de tener momentos de duda. Lo que importa es cómo miras los momentos difíciles.
En el libro vemos que el éxito va más allá de los logros visibles en el currículum. ¿Cuáles son para ti las pequeñas victorias cotidianas que merecen ser celebradas, aunque a menudo pasen desapercibidas?
Como trabajo con la producción cultural, más que un evento exitoso, un gran evento, me doy cuenta que las victorias son algo muy personal. Identifico victorias en el padre que logra llevar a sus hijos, a veces incluso con el uniforme de trabajo, a ver teatro. Identifico la victoria en esto, en los pequeños recuerdos que somos capaces de crear. Siempre digo que trabajar con la cultura es trabajar con recuerdos, así que en el momento en que puedo ver que estoy aportando o ayudando a las familias a crear nuevos recuerdos, esa es la victoria. Éstos son los problemas que identifico en mi vida profesional. Vale la pena tener un gran evento, pero estas son las pequeñas victorias. Es la oportunidad de brindarle a un niño acceso al teatro, a un musical, a comprar algodón de azúcar por primera vez. Es la suma de estas pequeñas victorias lo que hace que mi vida como productor sea plena.
La creatividad de Lua parecía no ser valorada en la agencia en la que trabajaba. ¿Crees que el mercado laboral actual sabe aprovechar el potencial creativo de los profesionales?
Creo que es un proceso. Muchas empresas están incentivando y aprovechando el potencial creativo de sus jóvenes profesionales, pero aún no está completo y tenemos un largo camino por recorrer. Creo que es algo que sucederá y sucederá cada vez más. Utilizo como ejemplo mi empresa, una agencia de comunicación y producción cultural. Identifico esto en mi relación con los jóvenes que trabajan conmigo. Tengo profesionales de mi misma edad y profesionales más jóvenes. Es muy gratificante ver este intercambio, porque aportan muchas cosas a la empresa que no conocíamos. Creo que no debemos saberlo todo, no necesitamos saberlo todo, por eso este intercambio es muy saludable. Por eso, creo que hay grandes empresas que están invirtiendo en sus talentos, pero todavía falta tener esa combinación entre los que tienen más experiencia y los que aportan mucha innovación. Para mí, ésta es la clave del éxito: combinar la experiencia con el potencial creativo de los jóvenes profesionales.
Aporta una perspectiva sensible a los desafíos de ser mujer en el mercado laboral. ¿Qué obstáculos específicos has encontrado en este sentido y cómo los has convertido en combustible para avanzar en tu carrera?
Todos pasamos por desafíos. Lo importante es demostrar que mi vecino tiene un reto que puede ser similar al mío y es parecido al de mi colega. Mi objetivo es explicar que no estamos solos en este viaje. Estamos en caminos diferentes, pero con desafíos similares.
Quiero demostrar que un joven profesional tiene conocimientos en mi campo, la comunicación, y que puede cambiar de carrera. Creo que la clave es estar en constante búsqueda del conocimiento, porque es algo que nadie nos puede quitar. Así que necesitas estar siempre buscando. No es cuestión de demostrar, es cuestión de fortalecer. Si buscas conocimiento, tienes algo de qué hablar, tienes algo con qué discutir. De esta manera conquistarás tu espacio. En el campo de las ideas no hay diferencias, depende de ti ponerlo en juego. Aquella persona que busca el conocimiento siempre tendrá algo que decir, siempre tendrá algo que aportar a su vida profesional y personal.
El viaje del protagonista también implica crisis financieras y desafíos en las relaciones. En su opinión, ¿cuál es el papel de la resiliencia en tiempos como estos?
Aquí estamos hablando de dos desafíos: ella atraviesa crisis financieras y problemas amorosos. Sólo somos dos, pero tenemos muchos otros desafíos en la vida. Centrarse en la solución siempre es mejor que centrarse en el problema. Y eso es lo que quiero mostrar con “Detrás de Escenarios”: los problemas siempre ocurren, no hay una felicidad continua, pero ¿cómo los miras? Yo, Analice, pienso: “vale, hoy tengo este problema, pero ¿cuál es la solución?” Así que poner energía en la solución es mejor que poner energía en el problema. El problema no llevará a ninguna parte, pero la solución sí. La resiliencia es fundamental para una vida saludable, hay que estar preparado para los cambios, para diferentes perspectivas. El papel de la resiliencia es precisamente ampliar tus horizontes para que puedas encontrar las mejores soluciones a los desafíos que enfrentas hoy.
La producción cultural surge como una oportunidad transformadora para Lua. ¿Qué te inspiró a explorar este universo en el libro? ¿Y cómo se vincula este cambio de rumbo con tu propia trayectoria profesional?
El detrás de escena de la comunicación, por ejemplo, se retrata en la literatura y en la televisión. Sabemos cómo funciona una oficina de periódico, la vida en una agencia de publicidad. Pero sabemos poco sobre la producción cultural. Cuando vamos a un teatro a ver un espectáculo, ahí está ese producto ya preparado. ¿Pero qué pasa antes de eso? ¿Qué hay detrás de esto? El propósito del libro es arrojar algo de luz sobre esta vida, cómo se comportan los profesionales y qué desafíos enfrentan.
Mi vida profesional conecta con la vida de Lua precisamente porque tuve ambas experiencias como publicista, trabajando como director creativo en una agencia, pero también como productor cultural. Así es como me encuentro con la Luna. La conexión está en contar estos dos mundos que son tan diferentes y similares a la vez.
Mencionas la importancia de ver cada obstáculo como una oportunidad de crecimiento. ¿Qué consejo le darías a los jóvenes profesionales que enfrentan frustraciones y aún buscan su lugar en el mercado?
Decirles a los jóvenes que son especiales suena un poco vacío. Pero sí puedo decir cómo afronté mis desafíos y que no miré las trayectorias de otras personas. En el momento en que miras a tu vecino, puede que te frustres un poco porque es diferente al tuyo. Así que analicé mi trayectoria y afronté un desafío a la vez, centrándome siempre en la solución. Cuando encuentras una solución a un desafío, empiezas a ganar confianza, y eso es gratificante. A medida que superes desafíos y recopiles soluciones, avanzarás. Sólo los que persisten avanzan. Esto es lo que puedo decir y plantear a los jóvenes que están llegando: concéntrense en su camino y así podrán lograr lo que quieren y ser felices.
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