Combinando la delicada poesía de la Música Popular Brasileña (MPB) con el encanto del universo infantil, Caninópolis y la cantante Ana Vilela lanzaron el sencillo «Meu Filho» (Mi Hijo) el 28 de octubre, un emotivo homenaje al vínculo entre padres e hijos. Escrita por Ana Vilela y Sulivan Soares, la canción nació de la sensibilidad de Rafael Frota, creador de Caninópolis, al observar el crecimiento de su propio hijo, transformando la experiencia en una canción sobre el cariño, el descubrimiento y la conexión. Producida por Pedro Alex, la canción llega a las plataformas digitales acompañada de una campaña nacional que promete conmover a familias de todas las edades.

La letra de «Meu Filho» (Mi Hijo) habla del viaje de descubrimiento y amor entre padres e hijos. ¿Qué recuerdos o sentimientos personales afloraron durante el proceso de composición? ¿Se basaron las experiencias relatadas en la canción en tus propias vivencias?

¡Hombre, eso es genial! Porque creo que cuando hacemos un proyecto en colaboración con otras personas o con otros proyectos, terminamos teniendo que viajar a lugares que no siempre son nuestros, ¿verdad? Yo, por ejemplo, no tengo hijos, pero intenté plasmar ese sentimiento que llevo dentro.

Mi familia es muy grande, llena de niños; tengo muchos tíos, primos, algunos más lejanos, otros que siempre están conmigo. También tengo una hermana pequeña, y cuando componía la canción, pensé mucho en el amor que siento por la gente que me rodea: mis primos pequeños, mi hermana…

Cada niño es único, y cada proceso de crecimiento es hermoso de presenciar. He tenido el honor y el placer de ver crecer a algunos de ellos, y eso me ha marcado profundamente. Creo que transmití ese sentimiento al proyecto: esa sensación de ver como algo hermoso participar, incluso desde la distancia, en la formación de una nueva persona.

Ana Vilela
Ana Vilela

¿Crees que la música infantil —o música familiar— ha ganado terreno en el panorama actual, especialmente al acercar a las generaciones y revivir valores emocionales en una música que atrae tanto a adultos como a niños?

Creo que sí. Claro, cuando tienes un hijo en casa, todo cambia un poco, incluso lo que escuchamos. Todo se mezcla: la música que nos gusta se mezcla con Caninópolis, bandas sonoras de dibujos animados, películas de Disney… (risas).

Así que creo que es algo natural. Cuando una familia crece, este nuevo paisaje sonoro surge casi por sí solo. Y con internet, se ha extendido aún más. Los padres pasan más tiempo con sus hijos viendo vídeos, películas, dibujos animados… y este universo acaba formando parte de la rutina de todos. Es un proceso muy natural, y me parece precioso verlo.

Ana Vilela
Ana Vilela

Echando la vista atrás a tu trayectoria profesional, desde «Trem-Bala» hasta «Meu Filho», ¿qué ha cambiado en tu forma de componer y conectar con el público, y qué permanece igual?

Creo que sí; si dijera que no, sería injusto. Han sido diez años de experiencia y aprendizaje, y es natural que las cosas cambien.

Cuando Trem-Bala nació y se publicó, yo era prácticamente una niña; tenía 18 años y apenas empezaba a comprender cómo funcionaba el mundo. Y eso se reflejó en mi trabajo, que es muy personal. Escribo sobre lo que vivo, lo que siento. Mis canciones son como un diario abierto.

Incluso me resulta difícil salir de esa pequeña caja, escribir sobre algo que no es real para mí. Pero con los años he aprendido a valorar lo valioso que es eso.

Hoy veo el mundo con mucha más madurez, pero mi propósito sigue siendo el mismo: conectar a las personas. Me costó entender que eso era lo que me diferenciaba: mi forma de hablar de la vida, de la gente, de las emociones.

Hoy le veo mucho más valor a eso: a conectar con los demás, a conmoverlos. Lo demás es consecuencia. Al final, el resultado es muy positivo.

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