En La Mujer de Negro, Fabricio Azevedo transforma São Paulo en un escenario donde criaturas híbridas, sombras ancestrales y cazadores secretos comparten silenciosamente el mismo territorio. En el centro de esta fantasía urbana, seguimos a Lucius, un enfermero marcado por el don de la vista y un pasado turbulento, quien se ve perseguido por una entidad extinta desde hace siglos, lo que desencadena una cacería que amenaza con romper el frágil equilibrio entre el mundo humano y el universo subterráneo de los alapados.

Su protagonista, Lucius, es alguien que carga con dones, traumas y diagnósticos. ¿Qué fue primero en tu creación: el hombre o el misterio? ¿En qué momento te diste cuenta de que tu historia debía contarse desde una perspectiva tan humana y vulnerable?

Lucius desempeña dos papeles principales en la trama. El primero es su ambigüedad, que plantea dudas sobre si las cosas realmente suceden como se narran. Otro punto importante es que introduce al lector en una realidad distinta a la nuestra, oculta por ilusiones. Así pues, él es esa persona límite. Ve lo que nadie más ve, pero la gente ve en él a alguien extraño, que se ha sumergido en un mundo paralelo.

La obra presenta a São Paulo como escenario para seres que viven «a la vista de todos». ¿Por qué esta ciudad, con su grandeza y caos, fue el escenario ideal para albergar a los «allapados» (término usado para describir a quienes viven en aislamiento)? ¿Y cómo ve la relación entre la metrópolis real y este São Paulo fantástico que ha construido?

São Paulo ya es fantástico. Tiene más población que Portugal y una superficie mayor que la de un país como Singapur. Para mí, pocos lugares podrían albergar una población de seres ocultos y, más aún, integrarlos en la sociedad y la economía de la ciudad. ¡Incluso pagan impuestos! Quejándose, claro. No «inventé» una ciudad, solo aumenté la población de un lugar que ya es increíble con algunos «pequeños monstruos».

La narrativa no es lineal y muestra el mismo evento desde diferentes perspectivas. ¿Qué te atrae de esta forma de contar historias? ¿Fue un reto mantener la coherencia y, al mismo tiempo, sorprender al lector con cada cambio de perspectiva?

Nuestra cultura actual está marcada por información en «paquetes pequeños», como videos cortos de TikTok. Te desplazas y ves cosas completamente diferentes. Quería reflejar este «consumo acelerado» de información. También quería personajes ambiguos, que no fueran «sabelotodo» ni invencibles. Cambiar constantemente el punto de vista le da dinamismo a la narrativa y deja al lector un poco desorientado, hasta que llega el momento en que las piezas encajan. Mantener la coherencia fue difícil y requirió leer y reescribir varias veces para evitar agujeros en la trama, y ​​tuve que descartar muchas cosas.

Joana y Lilith, dos personajes que llegan para «darle la vuelta» al viaje de Lucius, poseen una fuerza impresionante. ¿Cómo desarrollaste estas complejas y poderosas figuras femeninas? ¿Influyó alguna mujer en tu vida en su creación?

Puedo decir que les debo casi todo a las mujeres. Empezando por mi abuela, mi madre y mis tías. Todas ellas mujeres fuertes, a quienes les debo mucho. También admiro mucho a mi hermana y a varias mujeres con las que he tenido relaciones. No quería el papel tradicional de mujeres que serían «salvadas» por el héroe o que solo serían el interés romántico. Mis personajes tienen vida propia.

Fabricio Azevedo
Fabricio Azevedo

La historia combina fantasía, crítica social y humor mordaz. ¿Cómo lograste el equilibrio entre mundos tan diferentes, y a la vez tan humanos? ¿De dónde surge este deseo de yuxtaponer fantasía y realidad dentro de un mismo hilo narrativo?

Para mí, la fantasía es uno de los géneros que más habla de la humanidad. El Señor de los Anillos trata sobre la corrupción a través del poder, Star Wars trata sobre política y autoritarismo, Dune trata sobre el petróleo; en los libros, es la mezcla. Incluso con robots, rayos láser o dragones por encima, la fantasía es una expresión de la realidad del autor, un reflejo del entorno cultural. Simplemente entrelacé lo real y lo ficticio un poco más.

Incorporaste referencias a canciones, leyendas urbanas, historia y personajes reales. ¿Alguna de estas referencias tuvo un significado especial durante el proceso? ¿Hay algo oculto en el libro que esperas que los lectores descubran con el tiempo?

Les daré un spoiler: En este libro y en los siguientes, menciono los resultados de partidos de fútbol. Quien averigüe de qué partido se trata, descubre la fecha exacta en la que ocurre la escena. Oculté MUCHO en el libro. Creo que esto añade matices y abre diversas posibilidades de interpretación para el lector. Tengo predilección por usar letras de canciones, elementos químicos y personajes literarios.

El libro aborda la desigualdad, los prejuicios y lo que se esconde tras las fachadas de la ciudad, temas de gran relevancia hoy en día. ¿Cómo influyeron sus experiencias como periodista e investigadora en este aspecto social de su obra?

A menudo digo que me llevó 51 años escribir este libro. Cada texto que escribes refleja todas tus experiencias, aunque sea indirectamente. He trabajado en periódicos, oficinas de prensa y hoy sirvo en un tribunal. Siempre he leído muchos periódicos y revistas y he seguido las noticias. Eso, además de leer mucho. Todo esto me aporta ideas que entretejo en mis textos. El periodismo es una profesión que, por su propia naturaleza, exige mucho pensamiento crítico, ver la realidad desde más de una perspectiva.

La Mujer de Negro inaugura una saga, y la secuela, Joana y la Quinta Diosa, ya tiene fecha de estreno. ¿Qué puedes revelar, sin spoilers, sobre la expansión de este universo? ¿Qué novedades encontrarán los lectores en esta continuación?

Puedo adelantarles algunas cosas: la gente se encontrará con personajes antiguos, dioses antiguos harán sus apuestas, leyendas urbanas entrarán en el juego y habrá un gran agujero en la trama. Para entenderlo, tendrán que leer la secuela.

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