A sus 33 años, Thaize Silva Lima es la prueba viviente de que la resiliencia puede abrir caminos inimaginables. Mujer, madre y negra, nacida en la favela y en la Umbanda, Thaize enfrentó una serie de adversidades que moldearon su determinación. Hoy es un nombre en ascenso en el mercado del bronceado artificial, segmento que ha generado importantes oportunidades en las comunidades de Río de Janeiro y de todo Brasil.
El viaje de Thaize no fue fácil. Su infancia, marcada por obstáculos económicos, también estuvo llena de amor y el sueño inquebrantable de ser alguien que enorgulleciera a su familia. Este sueño, sin embargo, se puso a prueba en un momento de crisis: cuando a su hermana le diagnosticaron cáncer de mama, su hijo enfrentó dengue hemorrágico y su madre necesitó cuidados intensivos. Con tres familiares enfermos, Thaize perdió su trabajo porque priorizaba la salud de sus seres queridos.
“Era desesperante, pero sabía que el hambre no ganaría. También sabía que, incluso en los días difíciles, no podía renunciar a mis sueños ni a mis hijos”, dice Thaize.
Fue en medio de este escenario que surgió la oportunidad que cambió su vida. Con el apoyo de una persona que creía en su potencial, Thaize dio los primeros pasos para abrir su propio espacio de bronceado en su propia casa. Inicialmente, el negocio era modesto, pero pronto tomó fuerza, aprovechando el crecimiento de la demanda de la “marca cinta”, tendencia que explotó luego de que la cantante Anitta popularizara el estilo en un video musical.
El sector del bronce personal, que genera millones de reales al año, ha sido una salida económica para muchas mujeres de las comunidades. Thaize, con su determinación y carisma, vio el bronceado no sólo como una forma de mantener a su familia, sino de reinventarse profesionalmente.
“Mi sueño es darles a mis hijos una vida cómoda, donde nunca tengan que pasar por las dificultades que yo pasé. Quiero que tengamos abundancia y felicidad en nuestra mesa”, afirma.
Hoy en día, además de atender a una clientela fiel, Thaize invierte en cursos e investigaciones para llevar técnicas exclusivas al mercado. “Creo que siempre se puede innovar y quiero que mi trabajo sea reconocido por su calidad y por ser pionero en cosas nuevas”, afirma.
El mercado del bronceado sigue creciendo, impulsado por factores culturales y económicos. Según datos recientes de la Asociación Brasileña de la Industria de la Belleza, el sector creció un 12% en el último año, y gran parte de este aumento provino de los servicios ofrecidos dentro de las comunidades. El bronce personal se ha convertido no sólo en una profesión, sino en un movimiento para el empoderamiento femenino y económico.
Thaize cree que su historia es una inspiración para otras mujeres. “Siempre digo que los sueños son posibles, incluso cuando todo parece desmoronarse. No importa de dónde vienes, sino a dónde quieres llegar. Y quiero llegar muy lejos”.
Así, Thaize se posiciona como un ejemplo del poder de la transformación personal y del impacto económico que iniciativas como la suya pueden traer a las comunidades. Con talento, dedicación y la fuerza de alguien que nunca se rindió, ella continúa brillando e iluminando el camino para muchas otras mujeres.