¿Cuánto sufrimiento se podría evitar si la sabiduría guiara nuestras decisiones? Esta es la reflexión que el escritor Odilio Xavier Júnior propone en El Burrito, el Escorpión Viejo y los Peligros de la Caatinga, una fábula que fusiona enseñanzas cristianas con elementos de la cultura del sertão para narrar la travesía de un burrito en busca de sentido y fe. A través de personajes simbólicos —como un sabio escorpión que renuncia a su propia violencia—, la obra guía al lector a través de temas de amistad, superación y transformación espiritual, mostrando que la verdadera sed humana solo puede saciarse con la sabiduría y la Palabra Divina.
Tu fábula comienza con una pregunta profunda: “¿Cuánto sufrimiento se podría evitar si la sabiduría guiara nuestras decisiones?” — ¿Cuándo esta reflexión se convirtió en parte de tu propio camino de vida?
Llega un momento en la vida en que empezamos a mirar atrás y a reflexionar sobre nuestras decisiones, las heridas que hemos sufrido, el dolor que sin duda hemos causado… Cuando me casé (y más aún después de tener hijos), me di cuenta de que mis acciones afectaron profundamente la vida de mi familia. Comprendí que, para tener una buena vida, necesitaba mejores herramientas que mis instintos. No fue fácil darme cuenta de que me consideraba inteligente, pero mis decisiones demostraron todo lo contrario.
El viejo escorpión decide sacarse su aguijón y renunciar a la violencia. ¿De dónde surgió esta poderosa metáfora de transformación y rendición?
Esta idea surgió del principio de que debemos tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. Si más personas siguieran esta «regla de oro», ¡el mundo sería sin duda un lugar mucho mejor! Jesús de Nazaret nos dejó esta enseñanza. Cabe destacar que no me refiero a la religión… Hablo de un hombre que pudo haber organizado una insurgencia contra el Imperio Romano, pero que, al no hacerlo y al no recurrir a la violencia, es recordado hasta el día de hoy.
El burro busca agua, pero acaba encontrando algo mucho más grande: sentido y fe. En tu opinión, ¿cuál es la sed más urgente que la humanidad necesita saciar hoy?
Es fácil ver que la humanidad está enferma. Parece que la gente quisiera borrar del universo a todos los que no están de acuerdo con ellos… ¡Es brutal! Pero el problema no es lo otro: el problema es la maldad que todos llevamos dentro. El enemigo no es lo otro: ¡el enemigo es la maldad que se manifiesta en nuestro interior! Esta «sed» solo se puede saciar relacionándonos con Dios. Sin nada que nos trascienda, intentamos satisfacer nuestras necesidades con orgullo y egoísmo. Esto sin duda causará dolor.
La amistad entre el burro y el escorpión es el núcleo de la historia. ¿Cómo refleja esta relación entre la inocencia y la sabiduría la relación entre Dios y la humanidad?
El escorpión le enseña al burro pasajes de sabiduría ancestral de la Biblia. Así como el burro sufre en la caatinga por desconocer el camino al agua, muchos sufrimos por desconocer el camino que lleva a una vida feliz. En la fe cristiana, creemos que Dios nos envió a Jesús, mostrándonos el camino hacia una vida con más sentido, más perdón y más amor.

La Caatinga es un paisaje lleno de contrastes: árido y hermoso, agreste y rebosante de vida. ¿Por qué elegiste este escenario para el viaje espiritual de tus personajes?
En la vida de todos, la belleza y el dolor se entrelazan. Incluso cuando cae una lágrima, a veces es agradable sentirla correr por la mejilla. Hay belleza incluso en un cactus lleno de espinas. Estos contrastes me parecen hermosos. Así es nuestra breve existencia, así es la caatinga. Creo que por eso elegí este bioma como escenario de «El Burrito, el Viejo Escorpión y los Peligros de la Caatinga».
Tuviste una larga e intensa carrera como piloto militar antes de dedicarte a la escritura. ¿Qué lecciones de esa experiencia te ayudaron a desarrollar la sensibilidad y la disciplina presentes en el libro?
Hay mucho sufrimiento en una carrera militar. Tuve un comandante (el coronel Todesco) que una vez gritó: «¡Débil es quien se cree débil!». Eso me impactó profundamente, porque era tan delgado que un compañero de clase se burlaba de mí porque nunca sabía si estaba mirando hacia adelante o hacia los lados. Muchos años después, descubrí que las palabras del comandante tenían fundamento bíblico, como dice el libro de Joel: «Que el débil diga: ‘¡Fuerte soy!'». Después de muchos años, aprendí que meditar en la Biblia nos capacita para ganar cualquier guerra.
Su obra invita a la fe, pero también a la reflexión sobre las decisiones y el autoconocimiento. ¿Cómo cree que la espiritualidad puede dialogar con la razón y la ciencia hoy en día?
No veo razón para oponer la fe a la ciencia. Tú y yo existimos, al igual que las estrellas y las galaxias. La ciencia busca descubrir verdades que ya existen, pero que aún están ocultas. En la fe cristiana, creemos que Jesús es la Verdad que ya nos ha sido revelada. Por fe, creemos que Dios creó todas las cosas. La ciencia va detrás (no porque sea antagónica a la fe), sino porque intenta explicar algo que la precedió y es mucho mayor: todo lo que existe.
Si pudieras darle un consejo del “viejo escorpión” a alguien que esté enfrentando un desierto personal en este momento, ¿cuál sería?
A veces pensamos que sufrimos porque desconocemos algo. Es cierto. Pero gran parte de nuestro sufrimiento proviene de cosas que creemos saber, pero en las que nos equivocamos. Si colocas mal algunas piezas de un rompecabezas, llegarás a un callejón sin salida donde nada encaja. El problema no son las piezas restantes, sino las que ensamblaste mal. Si has ignorado lo que Jesús enseñó a la humanidad hasta ahora, ¡dale una oportunidad! Por otro lado, si eres cristiano, analiza con sinceridad tus acciones y comprueba si practicas lo que Él enseñó.
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