En el amplio ámbito de la psicología, la búsqueda del autoconocimiento es un viaje constante. En este complejo viaje, la fenomenología clínica emerge como un enfoque único que permite a las personas explorar aspectos profundos de su psicología. Conozca a Juliana Farias, psicóloga que trabaja con temas como la depresión y la ansiedad, utilizando este enfoque. Juliana conoció la fenomenología durante sus años universitarios, estudio que profundizó sus raíces en la Universidad de Fortaleza. Su trayectoria académica la llevó a investigar las raíces de la fenomenología, revelando la complejidad de la mente humana y la apreciación de las experiencias individuales.

Juliana adopta el enfoque centrado en la persona con la lente fenomenológica de Merleau-Ponty, una combinación que permite una profunda empatía y comprensión de las experiencias de sus pacientes. Su terapia enfatiza el momento presente, la escucha atenta y la suspensión del juicio, creando un ambiente de confianza donde los pacientes pueden explorar sus pensamientos y sentimientos libremente.

La versatilidad de Juliana como psicóloga se refleja en su servicio a diferentes grupos de edad. Trabaja con niños, adolescentes, adultos y personas mayores, adaptando su enfoque a cada grupo. Con los niños, la terapia es lúdica y activa, mientras que con los adultos, el foco es la comunicación verbal. Con las personas mayores se exploran con sensibilidad las cuestiones relacionadas con la vejez.

El recorrido terapéutico de Juliana tiene como objetivo promover el autoconocimiento, elemento fundamental en su abordaje. Ayuda a los pacientes a explorar sus experiencias más profundamente, utilizando estrategias como preguntas abiertas, reflexión y escritura. Para el bienestar mental, fomenta la actividad física, el autocuidado y la búsqueda de momentos de alegría en la vida cotidiana.

Dentro de las instituciones educativas, la psicología escolar juega un papel crucial en el apoyo emocional a los estudiantes. Juliana destaca la importancia de la colaboración entre la familia y la escuela para afrontar los desafíos emocionales y académicos. Tu función es observar, monitorear y ofrecer apoyo, ayudando a los niños a enfrentar los desafíos emocionales que la educación puede traer.

Juliana Farias es una profesional que utiliza la fenomenología clínica en su práctica, aportando al campo de la psicología. Su compromiso con el bienestar emocional y su capacidad para adaptar su enfoque a diferentes grupos de edad la convierten en una profesional valiosa en la búsqueda de la salud mental y el autoconocimiento.

La fenomenología clínica es un enfoque muy específico. ¿En qué momento se topó con este enfoque y por qué resonó en usted?

Bueno, me encontré con la fenomenología en mis estudios de pregrado, en mi época, porque hoy el plan de estudios ha cambiado, pero en los estudios de pregrado vimos los tres enfoques principales y sus ramificaciones desde el primer semestre. Entonces, vimos el psicoanálisis, con Freud y Lacan, así como el conductismo y el humanismo, que tiene la ramificación del enfoque centrado en la persona, que es CP, en el que trabajo.

En la disciplina de psicopatología, al final del semestre, comenzamos a ver las psicopatologías desde la perspectiva de cada enfoque. Fue entonces cuando realmente estudié más profundamente la fenomenología. Eso fue algo muy notable, lo recuerdo bien. Fue en la clase de psicopatología fenomenológica, con la profesora Juliana Pita, y ella estaba dando una clase sobre cómo interpretar las pinturas de Cesánn. Fue en esta clase que mis ojos se iluminaron y me di cuenta de que ese era el enfoque que quería seguir. Entonces decidí profundizar más en este planteamiento, que es magnífico. Estudia la complejidad de la mente humana y valora la singularidad de cada individuo.

Luego me especialicé en el área clínica, lo que me dio una mejor estructura para profundizar en la perspectiva del paciente. A menudo digo que, por ejemplo, cuando María llegó a la clínica con una consulta sobre depresión, no miré solo la depresión, sino el fenómeno del movimiento constante de la vida humana. María no permanecerá deprimida para siempre; ella está pasando por esto, experimentando esta fase. Valoramos mucho los informes de los pacientes y sus significados. También observamos los hábitos de forma auténtica y respetuosa, manteniendo una conexión genuina con el paciente. El vínculo es fundamental en este enfoque, como en cualquier otro, pues es lo que sostiene este movimiento.

¿Cómo aborda la relación terapéutica en el Enfoque Centrado en la Persona con la lente Fenomenológica de Merleau-Ponty? ¿Cómo influye este enfoque en la forma en que interactúa con sus clientes?

El enfoque centrado en la persona, junto con la lente fenomenológica de Merleau-Ponty, me proporciona un modelo de profunda empatía y comprensión de lo que el paciente me aporta. En el caso de María, por ejemplo, vino con una demanda de depresión, pero entiendo que María no se trata sólo de eso. Entonces mi enfoque es comprender su experiencia única desde su perspectiva.

Este enfoque enfatiza la importancia del momento presente, la escucha atenta y, sobre todo, la suspensión del juicio. Utilizamos el concepto de reducción fenomenológica, que implica intentar suspender nuestros juicios para estar lo más presentes posible con la otra persona. Siempre que comienzo terapia o hago seguimiento con un nuevo paciente, suelo bromear con él, diciéndole algo como: “Mira, no soy un juez, no estoy aquí para decir si lo que estás haciendo está bien o mal”. .Estoy aquí para facilitar su comprensión y desarrollo.”

Es fundamental crear un ambiente de interacción en el que el paciente se sienta cómodo y seguro para compartir sus pensamientos, sentimientos e inquietudes, sin miedo a críticas o juicios.

Juliana Farias

Eres psicólogo escolar y clínico, lo que significa que trabajas con diferentes grupos de edad. ¿Cuáles son los matices de trabajar con adolescentes, adultos y personas mayores en terapia y cómo adapta su enfoque a cada grupo?

Bueno, en la escuela trato con niños de edades comprendidas entre los dos años y los 10 o 12 años, lo que abarca desde la niñez hasta la preadolescencia. Es interesante observar las diferencias, incluso dentro de este rango de edad. Por ejemplo, un niño de quinto grado puede ser más maduro que uno de tercer grado, por lo que es necesario ajustar su enfoque en consecuencia.

Con los adolescentes, a veces es necesario adoptar un enfoque más activo y atractivo, ya que pueden ser menos articulados emocionalmente. Trabajo en proyectos sociales con adolescentes, enfocándome en actividades lúdicas, juegos y otras estrategias que llamen su atención. Este mes, por ejemplo, exploramos el tema de la valoración de la vida y la empatía con los adolescentes.

En cuanto a los adultos, la terapia tiende a centrarse más en la comunicación verbal, ya que la mayoría de ellos son más capaces de expresar sus sentimientos y pensamientos. En este contexto, ayudamos a comprender sensaciones y emociones, trabajando juntos para identificar estrategias y objetivos que puedan facilitar la reflexión y el crecimiento personal.

En el caso de las personas mayores, la atención se centra en cuestiones relacionadas con la vejez, como las relaciones, la soledad y los desafíos físicos. La terapia con personas mayores implica explorar las experiencias de vida y la comunicación, teniendo en cuenta las limitaciones físicas asociadas a la edad.

Mi enfoque se adapta a cada grupo, siendo más activo y comprometido con niños y adolescentes, más centrado en la comunicación verbal con adultos y sensible a los temas relacionados con la vejez con las personas mayores. Es importante respetar las limitaciones y necesidades de cada grupo de edad.

La fenomenología valora la experiencia subjetiva de cada individuo. ¿Cómo ayuda a sus pacientes a explorar y comprender sus propias experiencias más profundamente?

Para ayudar a mis pacientes a explorar y comprender sus propias experiencias de una manera más profunda, utilizo varias estrategias terapéuticas. Durante la sesión, estoy realmente presente, escuchando atentamente lo que tienen que decir. Nada más entrar a la consulta dejo de lado mis preocupaciones personales y me concentro completamente en el paciente.

Utilizo preguntas abiertas para estimular la reflexión, permitiéndoles explorar sus pensamientos y sentimientos con más profundidad. Además, fomento la escritura, animándolos a registrar sus experiencias y emociones. Les pregunto cosas como “Cuéntame más sobre eso” o “¿Cómo te sentiste?”, lo que les ayuda a reflexionar más profundamente sobre sus experiencias.

Demuestro una profunda empatía, validando sus emociones y experiencias, creando un ambiente seguro donde se sienten cómodos explorando sus sentimientos y pensamientos más profundos. También aliento la exploración de los sentidos, por ejemplo pidiéndoles que describan cómo fue explorar los cinco sentidos en una situación determinada.

Respeto la autonomía de los pacientes y sus elecciones, evitando imponerles mi opinión. Mi objetivo es crear un ambiente acogedor que facilite que las personas comprendan y resuelvan los desafíos que enfrentan. Todo esto contribuye a una comprensión más profunda de tus experiencias y emociones, promoviendo el crecimiento personal y la resolución de problemas.

Juliana Farias

¿Cómo describirías la importancia del autoconocimiento en el proceso terapéutico?

El autoconocimiento juega un papel esencial en el proceso terapéutico. Es una pieza fundamental porque permite al individuo comprender sus emociones y patrones de conducta. Los pacientes que buscan terapia a menudo enfrentan problemas emocionales y de comportamiento recurrentes, y el autoconocimiento ayuda a investigar si existe algún patrón subyacente a estos problemas.

Al comprender estos patrones, el paciente puede reflexionar sobre sus experiencias pasadas y presentes, lo que a su vez le permite tomar decisiones que se alineen con sus valores personales. Además, el autoconocimiento promueve la autoaceptación. Es importante recordar que la terapia no se trata sólo de resolver problemas, sino también de desarrollar empatía y simpatía por uno mismo.

Las personas a menudo tienden a ser autocríticas y se ponen en segundo lugar frente a los demás. El autoconocimiento ayuda a resolver conflictos internos y a comprender el propio comportamiento. Te permite identificar áreas en las que es posible realizar diferentes movimientos para establecer relaciones más saludables contigo mismo y con los demás. Por tanto, el autoconocimiento es una herramienta valiosa para el crecimiento personal y el bienestar emocional.

¿Cuáles son algunas de las estrategias que utiliza para ayudar a sus pacientes a lidiar con la depresión?

La depresión es algo que, lamentablemente, va en aumento. Las personas a menudo enfrentan dificultades para lidiar con la frustración y situaciones desafiantes, que pueden desencadenar depresión. Trabajo de la siguiente manera: animo a los pacientes a analizar sus experiencias y describir sus emociones, pensamientos y sensaciones físicas asociadas con la depresión. Es importante comprender que la depresión a menudo se manifiesta a través de reacciones físicas. Además, creo un ambiente seguro y sin prejuicios para que los pacientes se expresen libremente compartiendo lo que sienten.

Ayudo a los pacientes a explorar el significado subyacente de su depresión, buscando comprender qué puede estar desencadenando estos sentimientos. Les permito expresar sus emociones de forma auténtica, animándoles a compartir lo que sienten sin miedo a ser juzgados. Trabajo con ellos para cambiar su percepción, ayudándoles a ver su situación desde diferentes ángulos y perspectivas. Ayudo a los pacientes a construir narrativas significativas de sus experiencias, buscando darle un nuevo significado a lo que están viviendo.

Reconozco la riqueza de las expresiones individuales de los pacientes, permitiéndoles contar su historia de depresión de una manera auténtica y profunda. Juntos buscamos comprender aspectos que puedan ayudar a superar los desafíos de la depresión. Siempre les recalco a los pacientes que el hecho de que estén pasando por este momento de depresión no significa que no puedan tener una vida significativa en el futuro. La terapia busca ayudarlos a encontrar caminos hacia una vida más plena y feliz.

¿En qué se diferencia el enfoque humanista fenomenológico de otros enfoques terapéuticos más tradicionales?

El enfoque humanista fenomenológico se diferencia de otros enfoques terapéuticos más tradicionales en varios aspectos. Pone énfasis en la experiencia subjetiva del sujeto, valorando las experiencias, emociones y percepciones únicas de cada individuo. A diferencia de los enfoques terapéuticos más tradicionales, el enfoque humanista fenomenológico no es directivo, lo que significa que el terapeuta actúa más como un facilitador que como alguien que impone técnicas o direcciones específicas.

En este enfoque, el terapeuta trabaja de acuerdo con lo que el paciente aporta a la sesión, permitiéndole liderar el proceso terapéutico. La aceptación incondicional es un elemento crucial, ya que el terapeuta valora aceptar al paciente independientemente de sus conductas o emociones, creando un ambiente acogedor y libre de juicios.

El enfoque fenomenológico humanista enfatiza el momento presente, fomentando la conciencia del aquí y ahora y la reflexión sobre cómo el paciente puede vivir más plenamente el presente. También pone en manos del paciente la responsabilidad personal, fomentando el crecimiento y el autoconocimiento.

Este enfoque no sólo busca aliviar los síntomas, sino promover el desarrollo personal y la búsqueda de sentido a la vida del paciente. En resumen, el enfoque humanista fenomenológico valora la singularidad de cada persona y busca comprender y sustentar sus experiencias de una manera profunda y significativa.

¿Qué consejos o prácticas sueles recomendar a tus pacientes para favorecer el bienestar mental en el día a día?

Es una pregunta común sobre cómo promover el bienestar mental en la vida cotidiana. Suelo recomendar a mis pacientes una variedad de prácticas y consejos que pueden contribuir a su bienestar. En primer lugar, destaco la importancia de practicar actividades físicas. No es necesario limitarse al gimnasio; Deportes como la natación, el baile, las clases de forró e incluso las caminatas al aire libre son excelentes opciones para mantener el cuerpo activo.

Sugiero que mis pacientes encuentren actividades que les brinden alegría y satisfacción personal, como cocinar, por ejemplo. Para algunos, cocinar puede ser terapéutico y brindar momentos de placer. También hago hincapié en la importancia de reservar tiempo para ellos mismos donde puedan realizar actividades que los hagan felices, como jugar con una mascota.

Fomento la práctica del autocuidado, que puede incluir algo tan sencillo como un baño relajante y prolongado o el uso de productos para el cuidado de la piel que proporcionen una sensación de bienestar. A veces son las pequeñas cosas que hacemos por nosotros mismos las que pueden tener un impacto significativo en nuestro bienestar mental.

La clave para promover el bienestar mental en la vida cotidiana es encontrar actividades y prácticas que brinden alegría, satisfacción y relajación. No tienen por qué ser grandes acciones; A menudo, son los pequeños momentos de cuidado personal los que marcan la diferencia.

¿Cuál es el papel de la psicología escolar en el apoyo emocional de los estudiantes y cómo se relaciona esto con su práctica clínica?

La psicología escolar juega un papel esencial en el apoyo emocional de los estudiantes dentro del contexto educativo. Su principal objetivo es promover el desarrollo emocional, social y académico de los estudiantes, ayudándolos a superar desafíos emocionales que puedan interferir con su desempeño académico. El psicólogo escolar no brinda atención clínica en la escuela, sino que identifica demandas y, cuando es necesario, involucra a la familia para que trabaje en colaboración, ya que esta colaboración entre familia y escuela es crucial para el apoyo al estudiante.

La labor del psicólogo escolar consiste en la observación y seguimiento para comprobar si ha habido una mejoría tras la intervención y también para evaluar cómo reacciona el niño ante temas emocionales y situaciones concretas. Es importante brindar apoyo emocional a los niños, ya que la pandemia, por ejemplo, ha traído importantes desafíos emocionales a muchos estudiantes. Algunos niños pueden explotar emocionalmente por problemas pequeños, mientras que otros pueden llorar y sentirse abrumados. Para ellos, estas cuestiones pueden ser de gran importancia y complejidad.

El papel del psicólogo escolar está relacionado con la diferenciación de este rol en relación a la práctica clínica. Mientras que en la escuela la atención se centra en las necesidades de los estudiantes y en la creación de un entorno educativo sin prejuicios, la práctica clínica es más amplia, aborda problemas de salud mental en diferentes grupos de edad y, a menudo, implica atención individual y más especializada.

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*Con Regina Soares

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