Conocido por su trabajo como guionista de Porta dos Fundos, Gustavo Vilela debuta como dramaturgo con el monólogo «El Dinosaurio de Plástico», protagonizado por Rafael Saraiva y dirigido por Barbara Duvivier. La obra se estrena el 13 de agosto en el Teatro Glaucio Gill, con funciones únicas los días 13, 20 y 27 a las 20:00 h, y su texto será publicado como libro por Editora Cobogó. La obra sigue a Marcelo, un joven dividido entre dos mundos —su familia y sus amigos— que, dudando si entrar o no a un bar, sumerge al público en sus recuerdos, conflictos internos y reflexiones existenciales.

«El Dinosaurio de Plástico» nació de una vacilación, un momento de suspensión entre dos mundos. ¿Qué te atrae tanto de este tipo de conflicto interno silencioso?

Creo que estos conflictos internos ocurren constantemente en todos. Pueden manifestarse de diferentes maneras y con distintos grados de gravedad, pero creo que son sentimientos comunes a todos, y por eso disfruto viéndolos representados. Son pequeños problemas, pero son como «nuestros pequeños problemas cotidianos».

Escribiste el texto pensando en Rafael Saraiva. ¿Cuál fue el reto de crear algo que le resultara familiar, pero no autobiográfico?

Rafael carga con esta incompetencia y también con una serie de pequeñas neurosis que le rondan la cabeza constantemente. Cuando empecé a escribir, simplemente me propuse que el texto estuviera a la altura de su inmenso talento y del tono que sentía que quería transmitir en escena. Fue una inspiración constante, pero la decisión de no usar nada autobiográfico fue precisamente para darle aún más espacio para crear una nueva historia. Es genial verlo crear conexiones entre su propia vida y el texto, mejorando todo muchísimo.

Gustavo Vilela (Julieta Sobral)
Gustavo Vilela (Julieta Sobral)

La obra muestra cómo un evento aparentemente simple —entrar o no a un bar— puede revelar profundas capas de identidad, recuerdos e inseguridades. ¿En qué momentos de tu vida te has sentido como si estuvieras frente a la puerta de un bar?

Creo que esto le pasa a casi todo el mundo. Desde cosas triviales como «ser nombrado o no» hasta cambios de trabajo y problemas de pareja, nos enfrentamos constantemente a estos dilemas internos, y la mayoría de las veces, los imaginamos mucho más grandes de lo que son. Vivimos en una época en la que cualquier pequeña derrota se siente como un rotundo fracaso, y nuestro juicio interno parece cada vez más voraz.

Debutar como dramaturga con un texto que ya se está convirtiendo en libro es un logro notable. ¿Cómo fue el proceso de traducirlo del teatro al papel? ¿El texto adquiere una nueva dimensión al leerse, no al representarse?

Siempre me ha encantado leer obras de teatro, y creo que el efecto de construir una obra en tu mente como lector es realmente genial. Cada vez que se representa una obra, es diferente, y creo que leerla también es más como una versión.

Gustavo Vilela (Julieta Sobral)
Gustavo Vilela (Julieta Sobral)

Eres conocido por tu ingenioso y crítico humor en Porta dos Fundos y proyectos como VRAU CAST y Falha de Cobertura. ¿Cómo fue cambiar ese enfoque más cómico por un tono más existencial y emocional en el teatro?

Escribir para Porta dos Fundos y Falha de Cobertura siempre ha sido mi sueño. Son lenguajes que no creé, pero aprendí a usarlos y a amarlos. Vrau llegó un poco más tarde, una creación conjunta con Rafael y Caíto. Son obras y lenguajes que me encantan. Pero creo que este tipo de obra es donde me siento más natural en mi escritura. Es el lenguaje con el que me siento más a gusto, y por eso me alegró tanto emprender este proyecto.

La obra trata sobre alguien que intenta encajar en dos entornos a la vez, algo muy común en una generación que vive entre las expectativas familiares y la vida social. ¿Crees que esta fragmentación es uno de los mayores dilemas contemporáneos?

Lidiar con las expectativas ha sido mucho más difícil hoy que nunca, creo. Vivimos en una existencia virtual paralela donde todos parecen mucho más felices que tú, lo cual casi nunca es cierto, y también vivimos en una época de constante presión por el éxito, que ni siquiera sabemos cuál es nuestra visión del éxito, mientras que la realidad cambia constantemente. La generación de veintitantos se enfrenta a una revolución social y tecnológica que parece desafiar nuestra propia idea de existencia en el mundo. Hay mucho de positivo en esto, pero también una ansiedad que parece ser más intensa.

Gustavo Vilela (Julieta Sobral)
Gustavo Vilela (Julieta Sobral)

¿Qué te sorprendió durante el proceso creativo con la directora Barbara Duvivier y Rafael Saraiva? ¿Hubo algún momento en que el guion te ofreciera algo inesperado al verlo en escena?

Me di cuenta de que había una obra allí después de ver el trabajo que Bárbara y Rafael hicieron con el texto. Sus creaciones lo hacían todo mejor y siempre hacían excelentes sugerencias. Ver el cuidado que ponían en cada movimiento y la entonación de cada frase me hizo aprender mucho y admirarlos aún más.

¿Cómo ves la importancia de abordar cuestiones como la ansiedad, la autoconciencia y el malestar social dentro del teatro, especialmente en un formato de monólogo?

Creo que estos temas se representan y seguirán representándose ampliamente en todas las formas artísticas, pero lo que me gusta de lo que hicimos en la obra fue tratarlos de una manera casi banal, sin darle demasiada importancia a nada. Un monólogo a menudo puede exagerar lo que se dice, y nuestro esfuerzo fue, sobre todo, ser entretenido y cercano para el público. La vida ya es muy complicada; el teatro no necesita serlo.

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